Los enfrentamientos, de varias horas de duración y en los que se utilizaron armas pesadas, se produjeron el viernes en el barrio oriental de Tajoura, en Trípoli, entre la milicia Rahba al-Duruae, dirigida por el líder militar Bashir Khalfallah –conocido como al-Baqrah– y otra milicia, al-Shahida Sabriya, añadieron los funcionarios.
Los servicios de ambulancias y urgencias del ministerio de Salud dijeron que al menos 9 personas murieron y otras 16 resultaron heridas en los enfrentamientos.
El origen de esta asonada fue un intento de asesinato de al-Baqrah el viernes, que su milicia atribuyó a al-Shahida Sabriya, informaron los medios de comunicación locales.
Jaled al-Meshry, recién elegido jefe del Alto Consejo de Estado, condenó el intento de asesinato y pidió una investigación.
La violencia puso de relieve la fragilidad de una Libia devastada por la guerra tras el levantamiento de 2011, que desembocó en guerra civil, tras el derrocamiento y asesinato del dictador Moamar Gadafi. En medio del caos, las milicias crecieron en riqueza y poder, sobre todo en Trípoli y la parte occidental del país.
Libia lleva años dividida entre gobiernos rivales en el este y el oeste, cada uno respaldado por grupos armados y gobiernos extranjeros. Actualmente, está regida por el gobierno de Dbehiba en Trípoli y por la administración del primer ministro Ossama Hammad en el este.
El oeste de Libia está controlado por una serie de milicias sin ley ,aliadas con el gobierno de Dbehiba, mientras que las fuerzas del poderoso comandante militar Jalifa Hifter controlan el este y el sur del país.
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