“La esperanza está aquí, bajo el cielo de París”. Y la esperanza prevalecerá como lo hará el espíritu olímpico por cuatro años más, con miras a llegar a Los Ángeles tras la conclusión de los Juegos Olímpicos de 2024.
Fue en el Jardín de las Tullerías donde comenzó la Ceremonia de Clausura de París 2024, con la interpretación de Sour le ciel de Paris, del compositor francés Hubert Giraud, por parte de la artista Julien Duvivier y un coro que le dieron la bienvenida a León Marchand.
El nadador de 22 años fue la figura de Francia con sus cuatro medallas de oro, una de bronce y un par de récords olímpicos. En él cayó la responsabilidad de apagar el pebetero y reducir el fuego olímpico a una pequeña flama que quedará resguardada en una lámpara por cuatro años, hasta que la antorcha se encienda de nuevo previo a Los Ángeles 2028.
Un mensaje de olimpismo desde Saint-Denis
La ceremonia llegó al Stade de France, donde poco después del ingreso de los y las deportistas, así como el reconocimiento a los voluntarios, las luces se apagaron y descendió desde el cielo un Viajero Dorado. Con un traje diseñado por Kevin Germanier y Antoine Travert, el breakdancer francés Arthur Cadre le dio vida al protagonista del espectáculo titulado ‘Récords’.
A cargo de Thomas Jolly, la secuencia representó un futuro distópico, en el cual no quedan vestigios de los Juegos Olímpicos hasta que el Viajero los redescubre, a manera de analogía de lo que en su momento hizo Pierre de Coubertin en el siglo XIX.
Con la misión de reestablecer el ideal del olimpismo, el Viajero Dorado pudo recomponer los cinco aros, flanqueado por la Victoria de Samotracia, representación de la Diosa Niké. Fue un espectáculo de luz, música y movimiento para mandar un mensaje claro: mientras haya libertad y esperanza, el espíritu olímpico no podrá desaparecer.
La sobria alegría de París 2024, al estruendoso jolgorio de Los Ángeles 2028
La banda de indie rock Phoenix y DJ Kavinsky pusieron de nuevo el ambiente de fiesta, antes de dar paso a la ceremonia protocolaria en la que el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, y la alcaldesa parisina, Anne Hidalgo, hicieron entrega de la bandera olímpica a la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, que salió acompañada de Simone Biles.
Fue el turno de Tom Cruise de tomar la bandera y, al mero estilo de Misión Imposible, llevarla hasta Los Ángeles donde -luego de algunos relevos- la recibieron la banda de California, Red Hot Chilli Peppers, la cantante Billy Ellish y los raperos Dr.Dre y Snoop Dogg, quien en París fue un espectador más en varias competencias.
Luego de una breve fiesrta en la playa, la ceremonia regresó a Saint-Denis, donde Thomas Bach, León Marchand y los deportistas representantes de cada continente soplaron la llama olímpica, que se estingue pero deja su espíritu de olimpismo ardiendo en el corazón de todos los atletas, así como paratletas que saldrán a escena el 28 de agosto.
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