El presidente Andrés Manuel López Obrador, denunció sobre la reciente orden de aprehensión contra el exgobernador de Chihuahua, Javier Corral, responde a motivos políticos y no a cuestiones legales.
Según AMLO, la detención intentada por la policía judicial de Chihuahua se realizó sin informar a la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, y estuvo marcada por viejas disputas políticas.
López Obrador explicó que la acción contra Corral se inscribe en un contexto de “promiscuidad política” donde la actual gobernadora de Chihuahua se alió con el exgobernador César Duarte, con quien Corral había confrontado.
El presidente señaló que, a pesar de la pertenencia de Duarte y la gobernadora a partidos distintos, sus intereses comunes reflejan una unión pragmática entre PRI y PAN, recordando cómo durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, Francisco Barrio, del PAN, se benefició de un fraude electoral sistemático.
AMLO enfatizó que, de acuerdo con el procedimiento legal, no es correcto que la policía judicial de un estado detenga a una persona en otro estado sin la debida coordinación con la fiscalía local. Según el presidente, la detención de Corral se precipitó por la proximidad de su toma de posesión como senador, lo que complicaría su desafuero y su capacidad para asumir el cargo.
El presidente también hizo hincapié en que la situación refleja una “venganza política” de los actuales actores políticos de Chihuahua. Aclaró que, aunque el aspecto legal debe ser consultado con expertos, la realidad política indica que estos eventos están impulsados por intereses y rivalidades de larga data. AMLO comparó la situación con intentos anteriores en su contra, sugiriendo que las maniobras contra Corral tienen paralelismos con estrategias que él mismo habría enfrentado en el pasado.
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