El portavoz de los talibán, Zabihulá Muyahid, acusó al relator especial de tergiversar la realidad sobre el terreno ante la comunidad internacional, proporcionando lo que ha considerado como información «inexacta y engañosa», según informó la cadena de televisión afgana Tolo TV.
«Hemos prohibido a Bennett viajar a Afganistán porque se le ha asignado la tarea de difundir propaganda en Afganistán. No es alguien en quien confiemos. No está en Afganistán y ya no se le permite venir aquí. Solía exagerar cuestiones menores y propagarlas», declaró Muyahid. Por el momento, la ONU no se ha pronunciado al respecto.
El enviado de la ONU, que lleva poco más de dos años en el país, criticó constantemente lo que describió como violaciones de Derechos Humanos en Afganistán, extremo rechazado constantemente por los talibán, quienes están en el poder desde agosto de 2021 y consideraron dichas acusaciones como alejadas de la realidad actual.
Esta decisión llega apenas una semana después de que los talibán conmemoraron el tercer aniversario de su vuelta al poder en Afganistán con una ceremonia militar en la antigua base estadunidense de Bagram y una serie de mensajes en los que, aunque apelaron a la connivencia de la comunidad internacional, volvieron a dejar claro que están dispuestos a aplicar la ‘sharia’ o ley islámica «a cualquier precio».
El rechazo generalizado a las actuales autoridades afganas también obligó a las organizaciones humanitarias a hacer equilibrios para no abandonar a la población, en un país donde 23.7 millones de personas, más de la mitad de los ciudadanos, necesita ayuda humanitaria, según datos de la ONU.
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