“Así es, pues con estas acusaciones mi vida, mi carrera y mi entorno laboral, familiar y demás se vio muy afectado, sobre todo, lo más duro, es cuando confrontas una mentira, cuando hay datos imprecisos, lo peor de una mentira, no es la mentira en sí misma, como tal, una construcción totalmente ficticia, sino cuando tomas elementos que son reales y los tergiversas y los mueves para que precisamente cuadre con cosas, te mete en un estado de alerta, de confusión, de dolor, te cuestionas muchas cosas, hay un autocastigo incluso, son muchas cosas que se mezclan y para eso necesitas una terapia”, expresó Huerta.
Sobre cómo era su relación con María Elena antes de los señalamientos en su contra, el histrión relató:
“Éramos compañeros en el colectivo de Poder Prieto, yo la admiraba muchísimo, en un principio me pareció una chava muy divertida y como muy echada para adelante, muy fuerte, muy atractiva también y ya está, la relación siempre fue como una relación en la que no había exclusividades ni nada, una relación abierta. En este grupo de amigos más cercanos, ella nos llegó a comentar que salía con otras personas también, lo cual está bien, yo también, entonces no había ningún problema, simplemente era como un… como algo que tal vez se debió haber hablado más precisamente, ponerle nombres, nombrar, eso puede ser, ese era el tenor de la relación”.
Acto seguido, Tenoch expuso que, tras algunos meses de mantener este acuerdo, las cosas cambiaron radicalmente.
“De repente empezó a haber ciertas actitudes más agresivas. Hubo un momento en el que yo tuve un acercamiento mayor con una compañera que es de mi edad y ella no se lo tomó a bien, a pesar de que solo era amistad, que también era amiga de ella, entonces este tipo de roces empezaron a mostrar una cosa rara, hasta que empezó a atacarme dentro del colectivo”, especificó.
Fue justo en este momento, cuando Huerta se sintió amenazado: “Ahí fue cuando yo tuve una plática con ella, nos vimos en un parque y en esta plática que tuvimos, estábamos hablando y de repente me dijo ‘¿Qué estás dispuesto a dar para calmar todo esto?’, entonces yo le dije: ‘Una disculpa pública si quieres, hablo con la gente, no sé, tú dime’, y ahí quedó”.
“Tiempo después, cuando todo estalla y yo estoy en un momento de estrés muy grande, en una reunión conocí a una persona por azares del destino, está sentado junto a mí un tipo, que resulta que es terapeuta y apoya a familias que son víctimas de extorsiones o secuestros, en la plática que tuve con él salió el tema y me dijo: ‘En mi experiencia, eso es una extorsión, de que estás dispuesto a dar, los profesionales se manejan con mucha sutileza’”, añadió.
Posteriormente, el artista de 43 años contó que tras tomar las medidas pertinentes para afrontar el complicado caso, obtuvo otra delicada información.
“Conforme pasó el tiempo, salió información, los abogados se pusieron manos a la obra en investigar y en corroborar datos, pues nos dimos cuenta que, efectivamente, hay cosas que estaban muy turbias, de las que yo no puedo hacer un señalamiento directo y decir tal persona esto porque sería caer en lo mismo que me hicieron a mí, que es un linchamiento, pero simplemente lo único que puedo decir que hay pruebas que son comprobables, números de expediente comprobables, y le tocará a la autoridad correspondiente llegar al fondo de esos asuntos que tienen añoss. Son expedientes que tienen más de 10 años”, declaró.
Finalmente, sobre las medidas legales que tomó, Huerta comentó: “Hacerme de un equipo de abogados sólido en varias etapas (…) incluso en Estados Unidos, recabar información, pero también promover ciertos mecanismos legales de los que no puedo hablar mucho, pero que se activan, que se llevan a cabo, que son como unas especies de (…) antecedentes, es como poner un previo aviso, pero sobre todo hemos estado monitoreando durante el último año y medio, dos años, si hay algo en contra mía, si hay alguna demanda, alguna denuncia y no hay nada en contra mía”.
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