Hija del reconocido arquitecto dio la conferencia magistral en la cátedra patrimonial del reconocido doctor
La especialidad modulada por las artes plásticas. La obra pictórica de Carlos González Lobo es la conferencia magistral e inaugural impartida por su hija, Amaranta González Hurtado, en la Cátedra Patrimonial que lleva su nombre.
Con esta charla, Amaranta González buscó que estudiantes y docentes del Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte (IADA) conocieran una faceta menos difundida de su padre: la pintura, una disciplina que complementó su labor arquitectónica.
La conferencista explicó que su padre era un gran pintor y que utilizó una diversidad de técnicas para, a través de sus obras, plasmar lo que estaba en su cabeza, cualidad que logró complementar con la arquitectura, y que la prueba más clara de ello era que en centenares de sus obras había una gran diversidad de trazos, y que era en esos gráficos donde él mejor se comunicaba.
«No conozco técnica con la que no haya jugado mi padre, y no la conozco porque yo jugué con él”, relató Amaranta, al recordar momentos en los que experimentaban juntos.»
Agregó que el arquitecto constantemente producía y abordaba diferentes problemáticas de construcción pues estaba seguro de que la arquitectura no solamente representa el futuro y la modernidad, sino que también sirve para entender la historia y el pasado de nuestra civilización.
“Si podemos entender desde el punto arquitectónico muchos de los aspectos que se plasmaron en las ruinas también podemos proponer y saber condensar hacia el futuro”, mencionó la maestra González Hurtado.
La hija del arquitecto homenajeado comentó que, desde la formación académica de su padre a finales de los 50 e inicios de los 60, generó diferentes tipos de obras que él consideraba era como debía de ser la arquitectura que merece el ser humano para habitar.
“Disfrutaba jugar con la arquitectura, la usaba como si fuera plastilina; la entendía como algo modificable y modulable a su gusto”.
A pesar de que la arquitectura siempre ha formado parte de su vida, al ser sus dos padres arquitectos, Amaranta González Hurtado decidió formarse como licenciada en Restauración por la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía Manuel del Castillo Negrete, Instituto Nacional de Antropología e Historia.
Posteriormente complementaría su vida académica con la maestría en Historia del Arte por la Facultad de Filosofía y Letras del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Amaranta González Hurtado, quien asistió por primera vez a esta Cátedra Patrimonial en honor a su padre, agradeció el espacio que permite mantener vivo el legado de González Lobo, especialmente en una ciudad como Ciudad Juárez, a la que él tanto valoró.
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