Un destello sin precedentes. El 8 de abril, mientras hacía observaciones de calibración, el reluciente telescopio Einstein del Centro Nacional de Ciencias Espaciales de China (CAS) registró cómo un objeto distante emitía un destello de rayos X increíblemente intenso.
El fenómeno duró apenas 12 segundos, pero hizo que el brillo del objeto, denominado EP240408a, se multiplicara por 300. La cantidad de energía liberada en tan poco tiempo fue espectacular, a juzgar por el flujo intenso de rayos X.
Después desapareció. Tras el destello inicial, el objeto mantuvo una emisión de rayos X relativamente estable durante cuatro días, seguida de una rápida disminución de la intensidad hasta volverse indetectable diez días después.
Lo más intrigante es que los astrónomos no detectaron emisiones similares en las longitudes de onda visibles y del infrarrojo cercano, aunque empezaran a rastrearlas solo 17 horas después del estallido inicial.
Qué demonios ha sido eso. El análisis espectral de EP240408a reveló que la emisión de rayos X no pudo ser de origen térmico. La conclusión es que podría tratarse de un nuevo tipo de evento transitorio, un fenómeno astronómico que engloba procesos físicos rápidos y extremos observados en el universo.
China ha demostrado la sensibilidad del observatorio Einstein, un proyecto lanzado en enero de 2024 que ha identificado más de 60 eventos transitorios hasta ahora. Incluyen enanas blancas, estrellas de neutrones, agujeros negros, supernovas y estallidos de rayos gamma. En ninguna de estas categorías se encuentra EP240315a, un estallido de rayos X que el telescopio logró detectar a una distancia increíble: 25.600 millones de años luz.
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