Según la Federación Internacional de Robótica, que es el organismo que, entre otras funciones, determina la densidad de robots por cada 10.000 empleados en los países industrializados, Corea del Sur y Singapur lideran esta clasificación. El primero tiene nada menos que 1.012 robots por cada 10.000 empleados, y el segundo unos también muy impactantes 770 robots. China se ha colocado en la tercera posición con los 470 robots por cada 10.000 empleados que he mencionado unas líneas más arriba.
China aspira a duplicar su densidad de robots en 2025
La estrategia de automatización industrial de China es un éxito. De eso no cabe la menor duda. Y, como es evidente, no es casual. Forma parte del plan pergeñado por el Gobierno de Xi Jinping para modernizar su economía industrial, y, de esta forma, competir de tú a tú con las industrias más avanzadas del planeta, como las de EEUU, Corea del Sur, Singapur, Alemania o Japón. Como acabamos de ver, si nos ceñimos a la automatización industrial China ya ha superado a estos dos últimos países. Singapur y Corea del Sur están aún lejos, pero la ambición de China es grande.
De hecho, este gigantesco país asiático se zambulló en el top 10 de los países con mayor densidad de robots en 2019, y en apenas cinco años se ha colocado en la tercera posición, superando con claridad, entre otras naciones, a EEUU. El país que el próximo 20 de enero estará dirigido por Donald Trump registró una densidad de robots en 2023 de 295 máquinas por cada 10.000 empleados, lo que lo coloca en la undécima posición en la clasificación mundial.
A finales de 2021 China presentó su plan para el desarrollo de la industria robótica, y desde entonces su objetivo prioritario es crecer anualmente al menos un 20% en las ventas de robots y fomentar la constitución de empresas especializadas en robótica que ayuden al país a duplicar su densidad de robots para 2025. Como hemos visto, el Gobierno chino quiere desarrollar drásticamente su automatización industrial, pero no debido a que le falte mano de obra.
China cuenta con una fuerza laboral dedicada expresamente a la manufactura de nada menos que 37 millones de personas. Pero no importa. Lo que ansía la Administración de Xi Jinping, como he mencionado unas líneas más arriba, es competir de tú a tú con los países más industrializados del planeta. Y, objetivamente, ya lo ha conseguido.
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