Las cifras preliminares revelan que ni Trump ni su contrincante la vicepresidenta, Kamala Harris, llegaron cerca de los 81 millones de votos que logró el presidente Joe Biden en 2020. Las proyecciones ahora son que Trump acabará con aproximadamente 79 millones de votos contra unos 76 millones para Harris, una victoria relativamente cerrada pero decisiva dentro del sistema estadunidense. El Buró del Censo de Estados Unidos calcula que la población con derecho al voto en Estados Unidos es de 262 millones, los cual implica que más de 100 millones de personas decidieron no votar por ninguno de los candidatos en la contienda presidencial – o dicho de otra manera, más gente decidió no votar que los que votaron por uno o por el otro candidato.
En base a esta aritmética electoral, aunque Trump afirma que goza de un mandato masivo, la realidad es que solo 30 por ciento de los que tienen el derecho al voto – el electorado – en Estados Unidos votaron por el magnate de bienes raíces. Por cierto, en el país que se autoproclama el faro de la democracia, el número de personas que participaron en los comicios este año fue inferior al total de los que votaron hace cuatro años.
“Esta elección fue un salpicón Trump, pero no una ola roja [el color del Partido Republicano]”, escribió el columnista Perry Bacon Jr en el Washington Post. “Aunque la victoria de Trump tiene enormes implicaciones, es importante no sobrevalorar lo que ocurrió… Estados Unidos no ha girado decididamente a la derecha – por lo menos aún no”. Señaló que en los siete estados claves que triunfó Trump, la mayoría tambien votó a favor de iniciativas para enmendar las constituciones estatales para garantizar el derecho al aborto. Tres estados sufragaron a favor de requerir que los empleadores ofrezcan tiempo pagado para empleados que están en situaciones de destreza y dos estados votaron por incrementar sus salarios mínimos.
No todas las iniciativas sujetas a referéndum en los estados eran progresistas. En California, los votantes aprobaron con mayorías abrumadoras iniciativas locales que incrementan las penas para personas que repiten delitos no violentos tal como robo de tiendas y obligan a que se aplique tratamiento de drogas para los que cometen otros delitos. En otro rubro, dos estados aprobaron medidas para legalizar la mariguana, pero tres rechazaron ese tipo de iniciativas.
Una gran parte del triunfo de Trump fue convencer a ciudadanos a participar por primera vez en una elección. La campaña MAGA (Make America Great Again) convenció a por lo menos 1.2 millones que no participaron en la elección de 2020 a votar en esta.
Por el otro lado, casi 2 millones de demócratas que participaron en la elección presidencial anterior decidieron no acudir a las urnas este año. Parte de la explicación por esto, señalan algunos analistas demócratas, es la ira con el actual gobierno sobre temas económicos. Pero las cifras sobre participación de los demócratas comparadas con las de hace cuatro años también sugieren que Harris fracasó en convencer a una parte importante de las bases demócratas de que valía la pena votar por ella.
No se puede negar que, a pesar de su retórica racista, Trump incrementó de manera significativa su apoyo entre los jóvenes, hombres afroestadunidenses, latinos y nuevos votantes. En 2020, Trump obtuvo el apoyo de 32 por ciento de los latinos a nivel nacional mientras que este año logró 45 por ciento de apoyo entre ese sector, y dentro de eso, 54 por ciento del voto de los hombres latinos, según encuestas a boca de casillas de CNN.
Que Harris, la primera mujer afroestadunidense como candidata presidencial de uno de los dos principales partidos nacionales, perdió apoyo entre los hombres afroestadunidenses a un candidato blanco y más viejo revela algo de eso problemas con su campaña.
Las razones para estos cambios en las tendencias electorales y sus implicaciones para los partidos serán debatidas durante los próximos años, pero vale subrayar que aquí no hubo un triunfo arrollador ni un gran mandato para Trump, como él y algunos parecen afirmar. Pero entre las cosas que esta elección reveló es que el Partido Demócrata ha perdido una parte importante del apoyo anteriormente pleno de la clase trabajadora de este país, tal como ha comentado el senador Bernie Sanders en este periódico, entre otros.
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