La manifestación reunió a unos 3 mil 500 manifestantes y se realizó en recuerdo de los 3 mil 200 muertos y desaparecidos que dejó la dictadura. Se lleva a cabo cada año el domingo previo al 11 de septiembre, el día del golpe de Estado que encabezó Pinochet en 1973 contra el gobierno del socialista Salvador Allende.
Manifestantes vestidos de negro y encapuchados se enfrentaron con agentes de las fuerzas especiales de la policía en las cercanías y al interior del Cementerio General de Santiago, el lugar donde se emplaza el memorial de las víctimas de la dictadura y donde finalizaba la manifestación.
La policía repelió con carros lanza-aguas y bombas lacrimógenas los ataques con piedras, bombas incendiarias y bengalas lanzadas por los manifestantes, que lograron ingresar al interior del cementerio, donde levantaron barricadas incendiarias.
Antes, durante el paso de la marcha frente al palacio presidencial de La Moneda también hubo enfrentamientos que obligaron a la policía al uso de carros lanza-aguas. Algunos edificios de ministerios públicos cercanos resultaron con daños en sus fachadas.
Según un balance preliminar que entregó el viceministro del Interior, Manuel Monsalve, los incidentes dejaron 23 detenidos. No ha habido lesionados.
«Hasta este momento, creo que hemos conseguido mejores resultados en materia de control del orden público», afirmó Monsalve a periodistas.
«Afortunadamente los daños son completamente menores, son algunos daños que tienen que ver fundamentalmente con el lanzamiento de pinturas y con la rotura de algunos vidrios», detalló.
El gobierno desplegó unos mil 800 policías.
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