La primera jornada es, por norma general, demasiado temprano para llegar a grandes conclusiones en lo que a la NFL se refiere. Por ejemplo, desde que Joe Burrow juega en la liga, su récord en las jornadas 1 y 2 de la temporada regular es, tras la derrota del domingo ante los Patriots, un llamativo 1-8 y al mismo tiempo, cuando su QB está sano, los de Cincinnati han llegado después, como mínimo, hasta la Final de Conferencia –aunque el domingo su imagen fue espantosa ante los Patriots.
De la misma manera,los Cowboys son especialistas en mostrar un aspecto de aspirantes al anillo en los últimas temporada regulares y así lo hicieron en el comienzo de ésta, dominando a domicilio en Cleveland a la que la pasada temporada fue la mejor defensa de la NFL y un equipo de Playoffs… y luego llega enero y se deshacen como un azucarillo cuando se enfrentan a partidos eliminatorios. Es muy pronto para todo.
Aunque los Chiefs parezcan más poderosos que nunca, aunque los 49ers luzcan aún más completos todavía y no echen de menos al Mejor Jugador Ofensivo de la pasada campaña, es muy pronto. Aunque Giants y Panthers parezcan ya completamente desahuciados y la temporada no haya hecho más que empezar. Es muy pronto. y aún siendo pronto, vamos a ver qué conclusiones podemos sacar de esta jornada:
A ver quién para a Mahomes con este equipo a su alrededor
Los Chiefs han ganado los dos últimos anillos siendo un equipo a todas luces incompleto, lleno de carencias y viviendo en el alambre hasta que llegaba la hora de la verdad y se convertían en una trituradora. En cambio, en el partido del Kick Off, todas esas carencias se transformaron en fortalezas. Todas las limitaciones en oportunidades. El mayor de los problemas que afrontó Mahomes y su ataque en la pasada temporada fue la generación de espacios, la incapacidad de amenazar en profundo, provocaba que las defensas rivales les obligaran a jugar en caja de zapatos y solo la extraordinaria capacidad de crear donde no hay de su QB les sacaba del atolladero… Pero eso no es lo que vimos en el arranque de esta temporada.
La mera presencia de Xavier Worthy lo cambia todo. Y no porque tocando apenas tres balones anotara dos touchdowns, si no porque su amenaza fuerza a las defensas a estirarse y abre la lata para Rashee Rice y sus yardas after catch e Isiah Pacheco y sus carreras furiosas entre los Tackles puedan aprovechar todo su potencial. Es como si esa ofensiva haya dejado de estar encorsetada. En toda la pasada temporada, los Chiefs anotaron cuatro touchdowns de más de 20 yardas, solo en el primer partido de este año ya llevan dos (ambos de Worthy, por cierto) y por si esto fuera poco, su defensa, que en la pasada campaña ya fue una de las mejores, parece todavía más superior. Contra un señor ataque como el de los Ravens, obligaron a Lamar a tirar de piernas, les eliminaron el plan B, limitaron a Derrick Henry y sembraron el terror en la OL de Baltimore. La versatilidad de sus piezas en el Front7 permite a Spagnoulo crear una propuesta muy versátil y flexible, difícil de pronosticar pre snap (y hasta post snap) para los QBs rivales. El pasado jueves vimos a Chris Jones elegir a su gusto el rival de la línea que quería encarar, jugó por dentro y por fuera. McDuffie y toda la secundaria siguieron volando por el campo y, de repente, un nuevo protagonista ha emergido en esta unidad, un Leo Chenal que la pasada temporada se había convertido de facto en un miembro más de la línea defensiva y que ha visto expandido su papel, ocupando hasta seis posiciones distintas en la defensa. Jugó de Pass Rusher puro, fue la amenaza de blitz en los gaps interiores, atacando en ocasiones la línea de scrimmage, cayendo en otras off the ball, jugó de Linebacker clásico y, sobre todo, fue quien ejerció el papel de espía contra Lamar Jackson. E hizo todo eso jugando un partidazo.
Los Cowboys se empeñan en ilusionar… ¿para qué?
Estos últimos años muchos hemos cometido el error de sobreestimar a los Cowboys para que luego estos, como vienen haciendo durante prácticamente tres décadas, se empeñen en arruinar cualquier predicción que les llevara lejos. Esta temporada parece lo contrario, que se les está subestimando. Muchos los dejan fuera de Playoffs y no cuentan con ellos como un equipo relevante esta temporada. Desde luego eso no fue lo que mostraron el domingo en Cleveland. Ante los Browns se vio un equipo serio, sólido, capaz de mover el balón contra una grandísima defensa, con un Prescott móvil para escapar de la presión y poniendo el balón en las manos correctas y con un CeeDee Lamb que es ya, por derecho propio, uno de los mejores WR de la NFL.
Pero sobre todo se vio una defensa muy distinta a la que siempre sufría contra equipos físicos, que le hacían daño por tierra. En este partido, ni por tierra ni por aire. El Front de Mike Zimmer es otra cosa, mucho más consistente, aprovechando a Parsons en muchas facetas y dejando que DeMarcus Lawrence aproveche la atención que se lleva Micah. Pero quizá los más mejorados fueron los Linebackers, con un Overshown que jugó un auténtico partidazo.
Como con Dallas nunca vale nada, supongo que ganar a un equipo de Playoffs y la que fue la defensa número 1 de la NFL la pasada temporada a domicilio no será suficiente, yo lo que digo es que si juzgamos lo visto, yo vi un equipo mejor del que me esperaba. Ya habrá tiempo en enero para decepcionarse todo lo que haga falta, pero de momento han empezado muy bien.
Los Texans no hacen más que mejorar
Si el año pasado fueron la gran revelación y se plantaron en la Ronda Divisional de los Playoffs, los Texans parecen ahora mucho más equipo incluso que el año pasado. CJ Stroud encontró el equilibrio perfecto de alimentar a Nico Collins como un auténtico Alpha, permitiéndole superar las 100 yardas de recepción, tuvo en Tank Dell una alternativa muy sólida y mantuvo contento a su nueva arma aérea, Stefon Diggs, mandándole sus dos primeros pases de touchdown del curso. Lo mejor de todo para el rookie ofensivo de la pasada temporada fueron sus números en tercer down: 9/9 pases para 85 yardas y 2 touchdowns.
Pero ésta no fue la principal mejora del ataque de Houston, para encontrarla hay que fijarse en el juego de carrera. Y eso que comenzaron el partido no recurriendo a ella en downs tempranos, pero cuando acudieron al ataque terrestre, se pudo observar una OL que había recuperado efectivos tras la plaga de lesiones del año pasado, fue capaz de dominar en el juego terrestre a la que, sobre el papel, es la principal fortaleza de la defensa de los Colts, su Front defensivo. Kenyon Green estuvo especialmente brillante y tras ellos, Joe Mixon demostró llegar en forma y con la capacidad de crear más allá de lo que su línea le ofrece. Este ataque va a dar miedo.
La Decepción de la Jornada: Cincinnati Bengals
Lo que dio miedo de verdad, pero en este caso en sentido negativo, fue la imagen mostrada por el juego de los Bengals. Sí, sé que siempre empiezan mal, pero es que normalmente existe un pretexto para explicarlo. El domingo Burrow estaba sano –o al menos lo parecía–, podía salir en scramble, tenía movilidad en el pocket, su muñeca parecía en forma… y aun así su partido fue preocupante. Eso a pesar de completar el 72% de sus pases, pero claro, para una media de menos de seis yardas por pase. Sus decisiones resultaban todo el tiempo cómodas en lugar de agresivas, apenas lanzó 3 pases de más de diez yardas y solo completó uno. Más de 90% de sus snaps fueron desde el shotgun, formación desde la que la carrera tuvo muchos problemas para generar algo positivo. JaMarr Chase solamente recibió seis targets –los atrapó todos– pero no estuvo involucrado en el juego de manera decisiva. Demasiadas dudas para medirse el próximo domingo a los vigentes campeones, aunque bien es cierto que los Chiefs se le dan muy bien a los Bengals cuando Burrow es su Quarterback… mucho van a tener que mejorar respecto a este primer partido si quieren ganar a esta versión de los Chiefs. Y más con la falta absoluta de Pass Rush que mostraron los de Cincinnati, al margen de lo que Trey Hendrickson pudiera hacer.
La Revelación de la Jornada: Jameson Williams
Después de dos temporadas convulsas y muy poco productivas entre lesiones y sanciones, las dudas se cernieron sobre Jameson Williams, que se había convertido en la cuarta o la quinta opción ofensiva en los Lions. A pesar de ello, el equipo de Detroit dejó marchar a un Josh Reynolds que había funcionado de manera muy solvente y tenía muy buena química con Goff, para dar un voto de confianza al veloz receptor llegado de Alabama. Y vaya si ha respondido… El partido de Williams fue completísimo, siendo la principal amenaza aérea de Detroit contra los Rams, estirando el campo como de él se espera, pero también siendo capaz de generar en rutas horizontales cruzando el campo y hasta tomando el balón en el backfield. Todo para 5 recepciones, 134 yardas totales, 24,2 yardas por recepción y un touchdown –en el que dejó completamente clavado a Tre White–. Números de WR1 en el día en el que la defensa de Rams tuvo muy bien controlado el centro del campo y redujo muchísimo el impacto de Amon-Ra. No es una mala carta de presentación para la temporada.
La Decepción de la Jornada: Premio compartido
Está difícil la cosa, por un lado tenemos a Daniel Jones, que desde que firmó su extensión de contrato de 160 millones por cuatro años ha jugado siete partidos contando con el del domingo; en esos partidos acumula un total de 2 touchdowns y 8 intercepciones. Su imagen en el Metlife este pasado domingo fue desoladora, la de alguien que tiene que liderar un equipo y que solo transmite falta de autoestima. Después, tenemos a un Bryce Young, cuyo primer pase del partido fue una intercepción, pero en la segunda parte mejoró y no fue hasta su segundo pase cuando le interceptaron. Al margen de esa anécdota, su partido fue pésimo, no mostró ninguna mejoría y hay poco a lo que aferrarse en lo que tiene todo el aspecto de ser un error histórico de los Panthers. Ah, pero para error histórico, ninguno como el de los Browns con Deshaun Watson. Ante los Cowboys, Watson firmó un 0-10 en pases de 15 o más yardas, la peor marca en la NFL desde que se registran las yardas por aire en la liga. Su aspecto en el campo era el de un jugador completamente derrotado, superado por la situación. Cleveland está desperdiciando una defensa que viene de ser la número uno de la liga la pasada temporada y un buen puñado de talento, con un QB que no les va a llevar a ningún sitio. ¿Y si quieren quitárselo a final de temporada? 172 millones de dinero muerto. Una última cosa, a Watson lo traen dando muchísimo porque Baker Mayfield no les parece lo suficientemente bueno. Resulta que hoy en día Mayfield parece mucho más QB en Tampa, que lo que Watson es en Cleveland.
Mejor jugador de la jornada: Saquon Barkley
Creo que lo merece. El antiguo RB de los Giants debutó a lo grande con los Eagles y fue quien marcó la diferencia en el partido de Brasil. Anotó dos touchdowns de carrera y otro de recepción, demostró versatilidad, visión a la hora de atacar los gaps, fue una fuerza de la naturaleza que puso en evidencia varias veces a los linebackers de los Packers. Parece que ha llegado al lugar adecuado, tras una OL que le va a abrir muchos más espacios que la que tenía en la Gran Manzana. Si se mantiene sano, puede ser uno de los protagonistas de esta temporada.
Mejor jugador defensivo: TJ Watt
Hubo dos defensas que ganaron el partido para sus equipos esta jornada y ambos lo hicieron sin que sus respectivos ataques anotaran un solo touchdown. Una fue la de Chicago –aunque fue un trabajo conjunto entre defensa y equipos especiales– y la otra la de Pittsburgh, que se plantó en Atlanta, ante el que estaba llamado a ser uno de los equipos más mejorados de la temporada y lo dejó en 10 puntos. Highsmith estuvo bien, Cam Hayward estuvo bien… TJ Watt fue absolutamente monstruoso. Aterrorizó a un Kirk Cousins sin movilidad y a un OL sin respuesta para él, fue el mejor jugador del partido, el mejor defensivo de la jornada y puede que directamente el jugador más decisivo y punto.
Mejor rookie de la jornada: Joe Alt
Perfectamente se lo podría haber dado también a Xavier Worthy por su impacto en el partido de los Chiefs, pero con una primera jornada donde todas las miradas estaban puestas en los tres QBs que iniciaron su carrera como titulares, de los que ninguno estuvo especialmente brillante –el mejor fue Jayden Daniels y aunque Caleb Williams ganó su partido, pero gracias a la defensa y Bo Nix tuvo un día para olvidar–, para mí el mejor novato fue un Joe Alt que se enfrentaba en su debut, ni más ni menos, que a uno de los cocos de la NFL, a un Maxx Crosby al que tuvo perfectamente controlado y frente al que jugó 19 snaps y no permitió ni una sola presión. Alt firmó un ratio de triunfo bloqueando del 79%, una cifra que muy pocos Tackles pueden firmar cuando su principal emparejamiento es Crosby, que por fuera no pudo crear nada de peligro y todo el éxito que cosechó tuvo que ser jugando por dentro.
El renacido: Cooper Kupp
Qué sensación más buena fue volver a ver al Cooper Kupp que conocíamos antes de las lesiones, de hecho, esta versión se pareció mucho a la del jugador que consiguió la triple corona y fue MVP de la Superbowl que su equipo gana. Y eso en una día en que Puka Nacua cayó lesionado y la OL de los Rams se quedó con apenas dos titulares. Para Matt Stafford –que dicho sea de paso estuvo sensacional– volver a tener a su target favorito fue un alivio tremendo, tanto que le envió hasta 21 pases (el siguiente jugador con más targets de la jornada se quedó en 12) a un Kupp que capturó 14 para 110 yardas y 1 touchdown. El WR de los Rams fue un dolor de cabeza para los Lions en sus constantes motions, 42 snaps jugó en motion (el 57%), de los cuales tuvo el balón en sus manos hasta en 12 y la guinda fue su touchdown, en el que su motion indicaba que iba a ser el bloqueador principal en una jugada de carrera de poder, acabó abriéndose, el RB pasó a proteger a Stafford y este a mandar el balón para que Kupp entrara en la Endzone. Se viene una gran temporada para un receptor magnífico.
No McCaffrey, no problem
Los San Francisco 49ers vuelven a demostrar una vez más que la suma de sus partes es mucho más importante que cualquiera de sus estrellas por separado y cuando les falta el que probablemente es el mejor jugador de su ataque –y Jugador Ofensivo de la NFL en la pasada temporada– tienen un sistema colectivo que permite que no le echen de menos. Sin Mccaffrey, Jordan Mason jugó el partido de su vida, no cargaba con el balón tantas veces desde su época de High School y firmó 29 acarreos, 152 yardas totales y 1 touchdown. Esto es lo que tiene el ataque de los 49ers, que convierte a un RB undrafted en una estrella. Y sin duda Mason lo fue, la estrella y el gran protagonista del partido, pero para mí Deebo Samuel fue la clave, su presencia, su amenaza, tuvo a la defensa de los Jets muy ocupada, con un ojo siempre puesto en él; sus números no fueron excelentes pero su labor como señuelo tuvo un influjo muy positivo para lo que buscaba la ofensiva de San Francisco.
La sensación en todo momento es que los 49ers eran los que marcaban el ritmo y por tanto dueños del control del partido. De hecho, un equipo con Aaron Rodgers como QB nunca había tenido menos tiempo de posesión en un partido en toda la carrera de este jugador. La noche del lunes, los 49ers tuvieron 38:40 de tiempo de posesión, dejando apenas 21:20 para los Jets. Y con la defensa de San Francisco gozando de piernas frescas, las dudas que la pasada temporada pudieran despertar, anoche no se vieron. ¿Cómo hace Fred Warner para estar todo el tiempo en todas partes?
En cualquier caso, los Niners empiezan ofreciendo muchas certezas y una solidez muy propia de un equipo acostumbrado los últimos años a luchar por todo. La primera impresión es que este año volverán a estar con los mejores.
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