Hasta ahora, el mercado de trabajo había mostrado señales positivas en generación de empleo, principalmente en el primer trimestre del año. Los resultados de junio implican la contracción más alta desde noviembre del 2023, cuando se perdieron 1.2 millones de plazas.
“Tiene que ver con la desaceleración de la actividad económica que estamos viendo a lo largo del 2024, la cual empezó en el último trimestre del año pasado y vemos que el crecimiento económico ha venido siendo más lento. Además de que en junio, toda la mano de obra temporal que participó en las campañas electoral terminó su contrato”, expone Janneth Quiroz, directora de Análisis Económico, Cambiario y Bursátil de Monex.
Como resultado de esto, la tasa de desocupación tuvo un repunte mensual de 2.6 a 2.8%, su nivel más alto desde enero de este año. Sin embargo, el crecimiento más alto se presentó en la Población No Económicamente Activa (PNEA) con un aumento de 652,669 personas. Esto significa que la mayor parte de quienes perdieron su ocupación, se trasladaron a la inactividad laboral.
“La PEA disminuyó significativamente, y no están en la población disponible para trabajar, salieron por completo del mercado de trabajo”, subraya Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base.
Aunque no hay un factor que explique con claridad, la especialista no descarta que lo observado pueda ser reflejo también del fin del proceso electoral y que las transferencias monetarias que otorga el gobierno, esté desincentivando la participación laboral de algunos grupos de la población.
El comportamiento de la desocupación y la PNEA generó un alza en la tasa de desempleo extendido, la cual pasó de 9.9 a 10.2% en el comparativo mensual, el nivel más alto desde enero.
De los puestos de trabajo perdidos, el 96% se concentró en la informalidad. El sector formal tuvo una contracción más moderada con una reducción de 33,471 empleos. Esta tendencia coincide con lo reportado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la baja de puestos de trabajo registrados ante la institución.
Desde la perspectiva de Janneth Quiroz, el resultado de la informalidad no es positivo, ya que no estuvo acompañado de ganancias en el empleo formal. “No es tan positivo porque nos habla de una pérdida de empleo que se ve reflejada en las cifras de junio”.
Esto influyó en una reducción mensual de la tasa de informalidad, la cual pasó de 54.4 a 53.8, su nivel más bajo desde diciembre del 2023, cuando alcanzó una cifra de 53.6 por ciento.
“Pareciera que hay menos informales, pero realmente es un efecto matemático. La tasa de informalidad ha disminuido a paso muy lento. Si quisiéramos alcanzar la tasa de informalidad de Chile, que es el 25%, al paso que está disminuyendo en México, nos tardaríamos más de 100 años”, afirma Gabriela Siller.
La tasa de subocupación, otro indicador clave del mercado laboral, tuvo un ligero incremento mensual de 0.1 punto porcentual para ubicarse en 7.5% de la población ocupada, una cifra aún lejana de su nivel prepandemia. También denominado subempleo, esta tasa engloba a la fuerza laboral que con la necesidad de ofrecer más horas de trabajo que las que le garantiza su actual ocupación.
El sector industrial encabezó las pérdidas
Todas las actividades económicas tuvieron un balance negativo, el sector industrial encabezó las pérdidas con un acumulado de 541,961 puestos laborales eliminados. Al interior de este, la construcción fue el subsector con la mayor caída (479,531 empleos).
El sector servicios fue el segundo con peor comportamiento con un saldo general de -231,538 personas ocupadas. Las actividades en restaurantes fueron las que reportaron mayor pérdida, seguidas por los servicios profesionales.
Por último, las actividades de agricultura, pesca y ganadería tuvieron una reducción de 71,135 plazas y extendieron por segundo mes consecutivo sus resultados negativos.
Por otra parte, el renglón de empleadores (-425,238) y de trabajo por cuenta propia(-370,608) concentraron el 92% de la contracción por tipo de ocupación. El único grupo que mostró un saldo positivo fue el trabajo no remunerado con una creación moderada de 12,778 puestos.
“Hacia adelante, será importante que continue aumentando el empleo formal, sobre todo, considerando que no habrá una reforma fiscal para el 2025, y lo ideal es que siga aumentando la base gravable para que las finanzas públicas mantengan un buen desempeño. Pero los resultados de junio muestran una desaceleración en línea con lo macroeconómico. Habrá que esperar si se trató de un evento aislado y se ve una recuperación en los siguientes meses” dice Janneth Quiroz.
Para Gabriela Siller, es probable que el deterioro del mercado laboral se mantenga debido a una mayor desaceleración económica, la cual tendrá un impacto negativo en el empleo.
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