Un total de 92 de los 120 diputados del Parlamento unicameral israelí apoyaron la iniciativa, mientras que diez votaron en contra. A favor de la propuesta votaron también partidos de la oposición como Yesh Atid, el Partido Unidad Nacional o Yisrael Beiteinu, informó el diario israelí ‘Haaretz’.
La votación estuvo precedida de un tenso debate en el que una de las diputadas del gobernante partido Likud, Tally Gotliv, intentó agredir al diputado árabe-israelí Ahmed Tibi cuando estaba en el estrado.
El personal de la cámara tuvo que sujetar a Gotliv después de que Tibi criticara el proyecto de ley «fascista» contra la Unrwa. «El pueblo palestino será libre de la ocupación», afirmó Tibi entre los gritos de diputados derechistas que le instaban a abandonar la Knesset.
Los conserjes de la sala también intervinieron para evitar que llegaran a las manos el ministro de Seguridad Nacional y líder del partido ultraderechista Poder Judío, Itamar Ben Gvir, y el líder del partido socialista y árabe-israelí Hadash-Taal, Aiman Odé. Ambos se gritaron durante la sesión.
El proyecto de ley, impulsado por los diputados Yulia Malinovsky, Dan Illouz y Boaz Bismuth — la primera de Yisrael Beytenu y los otros dos del principal partido de la coalición ultraderechista de gobierno en Israel, el Likud — impediría efectivamente que la organización opere en territorio israelí y los territorios palestinos al revocar un texto de 1967 que sirvió de base para sus actividades.
Hace unas semanas, el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, también solicitó al Parlamento israelí que anulara el procedimiento y recordó a Israel el fenómeno sin precedentes que supondría la prohibición de las actividades locales de una agencia de la ONU por parte de un estado miembro.
Israel aduce desde hace años que la Unrwa es una agencia inoperante y, desde el estallido de la guerra de Gaza, cómplice de las milicias palestinas de Hamas en sus ataques al país. La propia Malinovsky denunció, durante la presentación del proyecto de ley, que la agencia «no debería ni existir» e incluso acompañó su propuesta de una solicitud para declarar a la Unrwa como una organización terrorista, finalmente desestimada.
Israel acusó el pasado marzo a «un número significativo» de trabajadores de la Unrwa de «ser miembros de organizaciones terroristas», lo que llevó a 16 países a suspender o congelar los fondos, privando de golpe a este organismo de 450 millones de dólares y poniendo en duda la continuidad de sus operaciones.
Sin embargo, a mediados de abril, la investigación externa encabezada por la ex ministra de Exteriores francesa Catherine Colonna descartó que las autoridades israelíes proporcionaran pruebas que acreditasen los presuntos vínculos terroristas atribuidos a varios de los empleados de la Unrwa.
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