Tras acumular 35 años de historia, el partido del sol azteca llegó a su ocaso la noche del 19 de septiembre de este 2024, luego de que el Instituto Nacional Electoral (INE) confirmó la extinción del partido que conformó a diversas fuerzas sociales para crear un régimen alternativo a la derecha.
De acuerdo con el INE, en las elecciones de este 2024 el PRD no logró obtener el 3% de los votos para los cargos de presidente, senadores o diputados, por lo que se convirtió en el partido político número 26 en perder su registro nacional.
La noticia no era una sorpresa, fue Jesús Zambrano Grijalva, el último dirigente nacional del PRD, quien el 27 de agosto se encargó de adelantar el inevitable final al emitir un pronunciamiento para informar que no era sencillo hacer un “corte de caja”, pero que era “necesario como responsabilidad ante el país, ante nuestros electores y de cara a nuestra militancia”.
Ese día reconoció que los resultados electorales del 2 de junio evidenciaron el agotamiento del proyecto político que nació en 1989, pero que comenzó a gestarse desde un año antes, luego de la dudosa victoria de Carlos Salinas de Gortari en las elecciones presidenciales del 88.
El ocaso del sol azteca
Con Cuauhtémoc Cárdenas al frente del PRD, el partido logró obtener bastante fuerza durante las elecciones de 1994 y del 2000. No obstante, perdió ambas contiendas, por lo que la gente comenzó a cansarse de que él fuera el candidato de las izquierdas a la Presidencia de la República.
En el 2002 renuncia al PRD y si pensaba que la izquierda quedaría descabezada, un hombre originario de Tabasco ya acumulaba fuerza y demostró que el partido de la izquierda aún tenía mucho por hacer. Así Andrés Manuel López Obrador se convirtió en el líder de esa corriente ideológica y logró postularse en 2006 y 2012 a la Presidencia de la República.
Tras la última derrota en la carrera presidencial, los líderes de las corrientes del PRD decidieron que para la próxima elección federal el candidato debía ser un rostro nuevo y fresco, pero López Obrador no estuvo muy de acuerdo y previendo esta situación ya había iniciado su propio movimiento al cual denominó Movimiento Regeneración Nacional (Morena) que en 2014 obtuvo su registro como partido político.
Para las elecciones de 2018, el PRD comenzó a cavar su propia tumba, pues al no aceptar que López Obrador se postulara por tercera vez como candidato presidencial, las corrientes izquierdistas comenzaron la desbandada hacia Morena.
Ante esta situación, los líderes del PRD decidieron aliarse con el Partido Acción Nacional y Movimiento Ciudadano para los comicios federales. Una vez que concluyó la elección, el PRD apenas obtuvo 1,602, 715 votos (2.83%), pero gracias a que consiguió más del 5% en las cámaras de diputados y senadores, no perdió el registro.
Este 2024 terminó por aplicarse el harakiri al aliarse con Acción Nacional, pero también con el principal rival de la izquierda mexicana: Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La gente favoreció a Morena y a Claudia Sheinbaum Pardo, quien se convertirá en la primera presidenta constitucional de México. El PRD llegó a su extinción, al menos a nivel nacional, porque aún sigue vivo en 13 estados del país como partido local, por lo que puede construir un nuevo partido político, o bien, reconstruirse.
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