La madre se dirigió el lunes 13 de enero a los profesionales de la clínica Beylikduzu Alfa, en la ciudad turca, y puso al pequeño en la entrada. Allí aguardó hasta que lo recogió un auxiliar veterinario, que en un principio no podía decidir si el cachorro estaba vivo o muerto, de lo frío que se encontraba su cuerpecito inconsciente.
«Creo que sintió que iba a recibir ayuda aquí», dijo posteriormente a AP el veterinario Baturalp Dogan, en referencia a la madre de la cría. Dogan llegó a la clínica poco después y ni siquiera con estetoscopio pudo escuchar los latidos del corazón del perrito, que no se movía ni respiraba.
Luego el veterinario logró percibir latidos muy lentos, y comenzó la lucha por la vida. Los profesionales médicos le administraron una inyección de adrenalina y lo calentaron con un secador de pelo, mientras la perra adulta permanecía a un lado, observando los esfuerzos por salvar a su cría.
Los esfuerzos culminaron con éxito. El pequeño perrito revivió. «Se está poniendo mejor día tras día. Claro que es un proceso, es incorrecto decir que está muy bien ahora mismo y que vivirá mucho. Esto es un proceso, vamos a ver mientras pasan los días, pero creo que se pondrá mejor», concluyó el veterinario.
Dogan sostuvo que la perra llegó a su clínica porque intuía que era un lugar seguro, luego de que los vecinos de la zona rescataran previamente a otro cachorro suyo, al que llevaron a la misma veterinaria.
Tras la salvación, el perrito que estuvo a punto de morir de frío se reunió con su hermano sobreviviente, de los seis que nacieron en total. Ambos se encuentran bajo cuidados de la veterinaria y junto con su madre.
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